jueves, 7 de abril de 2011

Somos sexo en tu cama. Somos el descontrol encarnado en estos dos cuerpos que no son nada sin lo de dentro. Te toco suave, te toco a pelo. Te quiero fuerte y sin azúcar, te quiero café solo, recién hecho, hirviendo. Me pones tierna, me pones. Me pones a secas no sería del todo correcto, entiéndeme si quieres. No cambies las sábanas esta mañana, que a la noche no querremos dormir y lo sabes. ¿Nicotina? Mejor tu saliva, que el cigarro de después es el polvo de después, y si perdemos la cuenta llama al contable, él entiende de eso. Yo solo entiendo de tu pecho y de los días que tacho en el calendario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario