lunes, 25 de abril de 2011

Pero los sueños se rompen en pedazos cuando se topan de frente con la realidad, porque la realidad, a menudo es radicalmente distinta a como uno cree que es. Las personas no siempre son lo que aparentan ser, ni las relaciones, ni mucho menos los sueños. Y esa realidad es la que se encarga de poner a cada uno en su sitio. Lo que uno cree que es negro, puede ser blanco, y lo que uno cree que es blanco, probablemente sea de todos los colores del arco iris. Uno sabe como empiezan las cosas, pero nunca saben como van a terminar

jueves, 21 de abril de 2011

domingo, 10 de abril de 2011

sonrisas

Había visto cientos de clases de sonrisas. Sonrisas de compasión, de posado para foto, de disimulo, finjida, de burla, de gracia, de imitación, de dientes perfectos, de aparato, sonrisas que perduran en el tiempo como la de alguno de los Beatles, la última sonrisa antes de morir, de amor, de película, de alegría... pero la suya no era ninguna de las anteriores ni mucho menos. Aquella sonrisa era algo indescriptible. Lo decía todo. La palabra "felicidad" se le escaba entre los dientes. Era feliz y no podía hacer nada para disimular

viernes, 8 de abril de 2011

Creo que sería mejor mantenerme alejada de mi móvil y así no cometer alguna locura, como llamarte. Y repetir eso de la A, B, C, D... y así, hasta llegar a tu nombre...

jueves, 7 de abril de 2011

Somos sexo en tu cama. Somos el descontrol encarnado en estos dos cuerpos que no son nada sin lo de dentro. Te toco suave, te toco a pelo. Te quiero fuerte y sin azúcar, te quiero café solo, recién hecho, hirviendo. Me pones tierna, me pones. Me pones a secas no sería del todo correcto, entiéndeme si quieres. No cambies las sábanas esta mañana, que a la noche no querremos dormir y lo sabes. ¿Nicotina? Mejor tu saliva, que el cigarro de después es el polvo de después, y si perdemos la cuenta llama al contable, él entiende de eso. Yo solo entiendo de tu pecho y de los días que tacho en el calendario.

miércoles, 6 de abril de 2011

Su problema era que odiaba el amor. Todo lo que venía con él. Odiaba sentirse celosa, odiaba sentirse vulnerable, odiaba su debilidad, odiaba traicionarse a sí misma.
Odiaba cada uno de sus sentimientos, odiaba todo en lo que se había convertido, pero no podía odiarle a él...

martes, 5 de abril de 2011

—¿Sabes? Me parece que no has estado nunca enamorada.
—¿Y tú sí? ¿Me vas a decir que estás enamorada del chico ese?
—Mmm... ¡Yo creo que sí!
—¡Crees que sí! O lo estás o no lo estás, si yo estuviese enamorada de ese chico no necesitaría media hora para pensarlo.
—Oye, que han sido tres segundos...
—¡Ni tres segundos ni nada! El amor no es algo que puedas poner en duda, es una ola que se lleva por delante, un puño que te deja K.O., un incendio que te abrasa por dentro.
—Me estás dando un poco de miedo.
—Es que el verdadero amor debería acojonarnos... Debería destruirnos para resucitarnos después, eso es para mí el amor. Y lo que tú llamas amor, pues... es una imitación hecha en Taiwan...